SENTIDOS ESPECIALES
Los sentidos especiales son el oído, la vista y los
sentidos químicos, gusto y olfato. Bajo esta denominación se incluyen aquellos
órganos de los sentidos que presentan una agrupación de sus receptores en una
zona concreta del cuerpo. Además, la mayor parte de ellos se caracterizan por
ser receptores secundarios; es decir con una célula especializada que, una vez
estimulada, transmite la señal mediante una sinapsis a la fibra nerviosa
aferente.
Visión
La visión constituye uno de los sentidos más
importantes. En el ser humano es con diferencia el sentido más desarrollado y
una gran parte de la corteza cerebral está dedicada al análisis de esta
información sensorial.
La luz es energía electromagnética
en forma de ondas, que han de llegar al receptor situado en la profundidad del
ojo, en la capa sensible o retiniana. El estímulo, antes de llegar a los
receptores, ha de atravesar una serie de elementos que forman parte de la
estructura del ojo o globo ocular, y en este camino el estímulo es desviado
para lograr alcanzar con la máxima eficiencia los receptores lumínicos o
fotorreceptores.
Audición y equilibrio
Audición
Las ondas
sonoras que constituyen el estímulo auditivo se producen por incrementos y
decrementos de ondas de presión mecánicas transmitidas en un medio material
elástico como el aire o el agua. Están compuestas por un conjunto de ondas
sinusoidales (o tonos puros) que se caracterizan por su longitud de onda,
amplitud, frecuencia y velocidad.
La
longitud de onda es la distancia entre dos puntos de igual presión, la amplitud
corresponde a la desviación máxima de la presión sonora en reposo, normalmente
se utiliza el término nivel de presión del sonido o intensidad sonora, que es
una medida de la energía que transporta la onda se mide en una escala relativa
logarítmica en belios (B) o decibelios (dB). La frecuencia sonora corresponde
al número de ondas o ciclos en la unidad de tiempo y se mide en ciclos pos
segundo (cps) o hertzios (Hz), siendo el oído humano sensible a un rango de
frecuencias de entre 20 y 20.000 Hz.
Aunque la
sensibilidad varía para cada frecuencia, en el hombre la mayor sensibilidad se
da en el rango de frecuencias de la voz humana (entre 1.000 y 4.000 Hz) para
las que el umbral de intensidad es 0 dB. El habla normal tiene una intensidad
de unos 60 dB. La sensibilidad del oído también se afecta por el
enmascaramiento del sonido pues, en presencia de un ruido de fondo (que
enmascara), el número de receptores disponibles se reduce.
Estructura funcional del oído
El oído se divide en tres partes:
1. Oído externo. Está formado por el pabellón auricular y el conducto
auditivo externo. El pabellón funciona como una superficie de captación de las
ondas sonoras, ayudando a localizar el origen del sonido. El conducto auditivo
externo, transmite las ondas sonoras hacia el tímpano, membrana de forma cónica
que es el límite entre el oído externo y el medio. Además, funciona también como
un resonador dentro de las frecuencias de 3-4 KHz que corresponden a la región
de máxima sensibilidad auditiva.
2. Oído medio. Está formado por una cadena de tres huesecillos
que funcionan como un sistema de palancas para transmitir la energía de la onda
sonora desde el tímpano hasta la cóclea. Las funciones que se desarrollan en
esta sección.
3. Oído interno. Alojado en el peñasco del temporal presenta una
estructura de conductos bastante compleja, de ahí que también reciba el nombre
de laberinto. Está formado por el laberinto óseo y en su interior el
membranoso. Tiene dos regiones
- El vestíbulo y los canales semicirculares que constituyen el órgano del equilibrio.
- La cóclea o caracol, que es un tubo enrollado de unos 3,5 cm que da dos vueltas y ¾ sobre su eje donde se localizan los receptores auditivos.
Sentido del equilibrio
El
sentido del equilibrio desempeña una función importante en el mantenimiento de
la postura corporal y también en la estabilización de los ojos, en especial
durante el movimiento.
1. Estructura del sistema vestibular.
El órgano del equilibrio está situado en la región vestibular del
laberinto u oído interno. Consta de dos cámaras el utrículo y el sáculo y tres
canales semicirculares. Utrículo y sáculo se disponen horizontal y
verticalmente, y los tres canales se sitúan en ángulos rectos entre sí. El
líquido que contienen cámaras y canales es la endolinfa y toda la estructura
flota en la perilinfa. Cada canal semicircular en su base presenta una
dilatación conocida como ampolla, el órgano sensorial de los canales se sitúa
en el interior de la ampolla, mientras que en las cámaras se sitúa en las
paredes de la misma en unas regiones denominadas máculas. Existen dos tipos de
células sensoriales.
2. Vías vestibulares
. Las fibras primarias, que junto con las auditivas forman el octavo par
craneal, sinaptan en los núcleos vestibulares en la protuberancia. De estos
núcleos salen fibras secundarias hacia:
- Cerebelo .
- Formación reticular .
- Motoneuronas de la médula espinal que controlan los músculos del cuello.
- Núcleos de los músculos oculares.
Las conexiones
que se establecen son complejas ya que están implicadas en funciones
principalmente motoras como son el control del equilibrio corporal, los
reflejos posturales y la acomodación ocular.
Sentido químicos
Los
sentidos químicos, el gusto y el olfato, se encuentran entre las respuestas más
elementales del ser vivo a su entorno.
Los
receptores del gusto y del olfato son quimioreceptores, se activan ante
estímulos de naturaleza química. Los receptores del gusto son receptores
secundarios, mientras que los del olfato son las neuronas aferentes primarias
modificadas. La diferencia entre ambos respecto al estímulo radica en que los
quimiorreceptores gustativos detectan moléculas que están en solución, y los
olfativos, moléculas que además de ser solubles han de ser también volátiles.
Sensibilidad gustativa
- Estímulo ácido. El sabor ácido se debe a los iones H+. Estos bloquean los canales de K+ localizados en la membrana produciéndose su despolarización.
- Estímulo salado. La mayor parte de la sal proporciona una elevada concentración de iones Na+ en el espacio extracelular, dichos iones entran a favor de gradiente a través de canales pasivos, provocando una despolarización.
- Estímulo amargo. Existen proteínas receptoras para sustancias amargas. Da lugar a una activación de la fosfolipasa C, que aumenta la concentración de insitol trifosfato y éste libera Ca++ de los depósitos intracelulares produciendo la despolarización.
- Estímulo dulce. Las sustancias dulces son un grupo variado al que pertenecen no sólo el grupo de biomoleculas glucídicas. Interaccionan con receptores específicos acoplados a una proteína G, que activa la adenilcilasa y aumenta la concentración de AMPc. Este incremento conduce a la activación de una proteinquinasa y a la fosforilación y bloqueo de los canales de K+ despolarizando la célula.
Sensibilidad
olfatoria
El sentido del olfato no está muy desarrollado en el ser humano. Se
trata de un sentido que es relevante en otros animales, pero que en la evolución
de la especie humana ha quedado relegado a favor de otras modalidades
sensoriales.
El epitelio olfatorio es una
pequeña zona de 2,5 cm2, en el techo de las fosas nasales, bajo la
lámina cribosa del etmoides. El aire al penetrar en la cavidad nasal, debido a
lo tortuoso de sus paredes, desarrolla una serie de turbulencias permitiendo a
las sustancias contactar con el epitelio o mucosa olfatoria.
En dicho epitelio hay células de sostén y células sensoriales o células
olfatorias (10 millones) que se recambian cada 30 días. Estas células son
neuronas bipolares, con una prolongación dendrítica ciliada (de 5 a 20 cilios)
que acaba en la superficie del epitelio nasal recubierta por una capa de moco.
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